A mediados del siglo VI a.C. la Bactriana fue anexionada por el imperio aqueménida. Entre el año 330 y el 327 a.C. se produjo su conquista por el ejército de Alejandro Magno y a partir de entonces la Bactriana recibió la influencia de la cultura helenística, la cual se extendió incluso más allá de la fecha de la desaparición del último reino griego en la región, un suceso que tuvo lugar en torno al año 140 a.C. El nombre de la ciudad en época griega es desconocido. En el siglo VII las fuentes chinas e iranias se refieren a la ciudad como Tarmid, que es el nombre que se transmitirá a las fuentes árabes y que se ha mantenido hasta hoy.
El registro arqueológico de la ciudad ha proporcionado restos de ocupación humana desde finales del siglo IV a.C., asociados a la llegada de los griegos a la región, aunque algunos autores creen que podría haber existido a una ocupación anterior fechada en época aqueménida. Por su importancia estratégica, Termez estuvo a merced de las luchas de poder de los sucesivos reinos e imperios que ocuparon la Bactriana: nómadas yuezhi, persas sasánidas, nómadas heftalitas, semitas, turcos y mongoles. El islam hizo de Termez uno de los grandes centros de la Transoxiana/Ma-wara-n-Nahr y lo convirtió en sede de un influyente pensamiento religioso.
La misión hispano-uzbeka IPAEB (International Pluridisciplinary Archaeological Expedition to Bactria) está integrada por investigadores del Instituto de Bellas Artes de la Academia de Ciencias de la República de Uzbekistán y de las Universidades de Barcelona, Salamanca y Zaragoza. Esta realiza una investigación interdisciplinar en el yacimiento arqueológico de Termez desde el año 2006, la cual está orientada de forma preferente a estudiar la secuencia urbana desde la fecha de su fundación hasta la conquista y destrucción llevada a cabo por los ejércitos de Gengis Khan en el año 1220. Los estudios realizados han estado dirigidos a analizar el marco físico de la ciudad, su paleopaisaje, la evolución de su urbanismo y su cultura material, prestando especial atención al estudio de la cerámica, pues Termez fue un importante centro de producción alfarera desde la época griega a la medieval.
Las excavaciones arqueológicas se han llevado a cabo, sobre todo, en el recinto fortificado del Tchingiz Tepé, localizado en la zona occidental del gran conjunto urbano de Termez. Fue un espacio ocupado en época seléucida, greco-bactriana y yuezhi y que en época kushán (ss. I d.C. y mitad III d.C.) albergó una comunidad budista. También se ha intervenido en la zona septentrional de Termez, un espacio que albergó un barrio alfarero que estuvo activo desde al menos el siglo VIII d.C. y el que se han localizado talleres y hornos de producción cerámica fechados en las fases iniciales del periodo islámico. Toda la investigación arqueológica se ha fundamentado en un programa completo de dataciones radiocarbónicas en combinación con el estudio de los contextos cerámicos. Para los estudios cerámicos se han abordado análisis arqueométricos destinados a determinar las materias primas utilizadas en la elaboración de las piezas y los aspectos tecnológicos de la producción alfarera.
En consecuencia, la Bactriana es un territorio ideal para evaluar la expansión y la evolución de la cultura helenística en su extremo más oriental y comparar su desarrollo con el sector más occidental, la costa mediterránea de la península ibérica. Es un escenario relevante para analizar los contactos entre aquellos pueblos y culturas que utilizaron las rutas caravaneras de las estepas. También es un territorio idóneo para evaluar los nexos culturales de la civilización islámica en Oriente y Occidente desde el inicio de su expansión a finales del siglo VII e inicios del VIII d.C.
Contenido patrocinado por:
Comentarios recientes